Dentro de la gama de vehículos comerciales de la marca Ford, podemos encontrarnos vehículos un tanto especiales como la versión objeto de esta breve prueba.

Se trata de una Transit en su versión híbrida con motor 2.0 TDCi, en cuanto al tamaño es la más grande de altura en mixta, pero no la más grande en longitud. Supera, eso sí, holgadamente los 5,9 metros.

Pero lo verdaderamente interesante de este furgón no es su tamaño o capacidad de carga, que si bien se muestra muy capaz en este aspecto. Además de poder, en este caso, al ser mixta, llevar hasta 9 pasajeros.

Pero lo que de verdad atrae y entra por los ojos es su hibridación, ahora tan importante para poder acceder a zonas reguladas como Madrid Central.

Ford ha dotado a esta versión de un motor muy solvente de 130cv extraídos del 2.0 TDCi, con un alto par motor desde muy bajo régimen que hace que mover el peso en vacío de la Transit sea un juego de niños. No es de los furgones más rápidos del mercado, naturalmente, pero su cometido de ser parco en consumos lo realiza sin titubear.

La versión híbrida del furgón Transit es fácilmente diferenciable de sus hermanos. Con tan solo ver que dispone del distintivo ECO que otorga la DGT sabemos que es un vehículo diferente.

Si bien no es un híbrido clásico, es lo que ahora se cataloga un híbrido suave o “Mild-Hybrid”. Es decir, no dispone de un propulsor eléctrico que pueda impulsar al vehículo para su desplazamiento.

Su sistema híbrido solo sirve para ayudar en favorecer un menor consumo de combustible mediante la menor carga a la hora de hacer uso de sistemas que demanden mucha electricidad.

También, y esto es muy interesante, es capaz de detener el motor en ciertas circunstancias, siempre a baja velocidad, antes de llegar a detenernos del todo.

Aliviando así los ya mencionados consumo y una notable bajada de emisiones.

Con el motor apagado siguen funcionando los frenos y dirección, no pierden nunca la asistencia. Por lo que en este aspecto no hay problema.

Externamente, por lo menos la unidad probada, se trata de un vehículo mixto, con mayor capacidad para pasajeros que para carga, con un máximo de 9 ocupantes.

El resto, aun un generoso espacio, permite llevar objetos de cierto volumen sin problema.

Si se desea toda la carga de la furgoneta, se pueden retirar las dos filas de asientos de 3 espacios, dejando una capacidad de carga más que importante.

Su interior permite una carga de más de 11 metros cúbicos. Con un peso de más de 1300 kg.

Para acceder a la zona de carga podemos hacerlo mediante dos puertas deslizantes a ambos lados de la carrocería o desde la parte posterior con dos puertas de tipo tradicional de bisagras con una apertura de 180º.

El motor EcoBlue de dos litros viene a sustituir al anterior 2.2 TDCiSiendo este nuevo más refinado en cuanto a sonido y agrado de uso, también es más parco en consumos y mucho más voluntarioso que su antecesor.

A pesar de perder cilindrada es más contundente en bajo y medio régimen. Subiendo de vueltas con mucho ímpetu que en conjunto con una caja de marchas manual que dispone de una primera relación más bien cerrada, consigue un arranque rápido y que fácilmente puede mover cargas sin esfuerzo.

El desarrollo de la última marcha, la sexta, a una velocidad de unos 100 km/h –velocidad a la que la Transit está limitada en autovía/autopista- el motor no sobre pasa las 1500 revoluciones con un rodar tranquilo y poco sonoro por parte del motor. Arrojando una media de unos 8 litros o un poco más de consumo de carburante.

Teniendo en cuenta que, como peso máximo la Transit puede llegar a 2.500 – 2.800kg MMA no está nada mal. En nuestro caso, con tan solo las filas de asientos, la furgoneta está prácticamente vacía.

Las prestaciones del motor son en todo momento muy aprovechables. Sin importar la carga o peso que llevemos.

El 2.0 TDCi Eco Blue es CommonRail de 2000 bares de presión, cuenta con un turbo de geometría variable e inyectores piezoeléctricos de ocho orificios.

En esta versión eroga una potencia de 130cv muy aprovechables y que impresionan. Nos ha parecido un motor muy elástico y de fácil uso. Pudiendo realizar una conducción desahogada, ecologica y tranquila si así lo queremos. O exprimir al máximo sus capacidades ganado con rapidez velocidad.

Es a partir de las 2.000 revoluciones donde el empuje empieza a hacerse patente, siendo pasadas las 2000 vueltas donde este es ya total. Hasta unas 3.500/3.800 revoluciones da lo mejor de sí. Pasado este régimen sigue subiendo de vueltas con energía pero sin tanto empuje.

Pero no todo es el motor en esta versión híbrida tan interesante. A los mandos el conductor está situado en una posición alta que le confiere una mejor visual de la carretera. Los asientos de tela y piel presentan una posición muy erguida que puede ser regulada mediante accionamientos mecánicos o eléctricos en el asiento del conductor. Que también es calefactado.

El volante, forrado en piel, de buen tacto y grosor es regulable en altura y profundidad.

El esquema de suspensión es muy agradable, tratándose de tipo McPherson en el eje anterior y de ballestas en el posterior, no notamos que fuera dura en incomoda. Con el tarado justo, que asociado al alto perfil de los neumáticos y una dirección precisa y lo suficiente comunicativa hacen que la conducción de la Transit sea muy satisfactoria.

El equipo de frenos está compuesto por discos en ambos ejes, muy capaces y con un alto mordiente al poco de pisar el pedal del freno. Muy dosificable.

En resumen, estamos ante una versión diferente, ecológica, que por suerte cada vez hay más.

Tras conducirla unos días nos demostró sus bondades y también defectos que por su puesto los hay, en definitiva, es un perfecto medio de transporte para llevar un mix, es decir, pasajeros y carga, puede con todo.

 

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