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En un vehículo, todas sus partes son importantes en el uso diario del mismo. Desde el uso del sistema de climatización para verano e invierno, a los sistemas de ayuda como son el ABS o el ESP.

El coche no deja de ser una maquina compleja en la que todo debe funcionar a la perfección.

Debe pasar revisiones periódicas, como cambios de aceite, filtros, neumáticos, bombillas y un largo etc… Todo esto se puede comprobar con un simple vistazo y es recomendable, como mínimo, revisar una vez al mes: luces, nivel de aceite, refrigerante, neumáticos y sus presiones.

Con este simple acto, que no nos llevara más de 5 minutos, podemos estar tranquilos de que todo está en orden.

Naturalmente en una revisión más seria se deberían mirar los frenos, su estado y desgaste como también la comprobación de fugas en el motor, transmisión, correas y retenes.

En el escrito que nos ocupa vamos a hablar también brevemente de la importancia de los neumáticos y de las llantas. No debemos olvidar que los neumáticos son el único contacto con el suelo que tiene el coche y si estos no están en buen estado podemos tener problemas.

En ocasiones, por un uso severo del vehículo, por pistas en mal estado, llevar el coche muy cargado o simplemente el uso por kilometraje, los neumáticos y acusan el uso.

Las llantas, que en principio deberían durar toda la vida útil del vehículo, pueden dañarse en carreteras en mal estado, teniendo que comprar llantas nuevas.

Actualmente y casi de serie, todos los vehículos que se comercializan montan llantas de aleación, estas son más débiles que las antiguas llantas de “chapa”, que no siendo tan agraciadas a la vista eran más duraderas.

En estos tiempos es fácil la sustitución de un neumático gastado o de una llanta estropeada, incluso podemos escoger que tipo de llanta se ajusta más a nuestro coche, desde llantas de tipo deportivo, más anchas, con más pulgadas, más vistosas, para una mayor refrigeración, a por ejemplo llantas para coche japan racing, para 4×4, o vehículos de carga. Un sin fin de posibilidades.

Pero no todo son las llantas o los neumáticos, debemos tener presente que a mayor uso de un vehículo mayor es el desgaste de sus piezas visibles o no.

El motor, como máquina que es, tiene un desgaste a cada kilómetro que pasa y es por ello que debemos de ser muy escrupulosos con los cambios de aceite y filtros. El aceite es la sangre del motor y su cometido es lubricar correctamente todas las piezas. Si este se encuentra en mal estado, bajo de nivel o no se usa el lubricante indicado por el fabricante podemos dañar seriamente nuestra mecánica.

También, y ahora que queda poco de verano, se debe prestar atención a los sistemas de limpiaparabrisas, su funcionamiento correcto y el estado de las escobillas. Estas, dependiendo de su calidad y las horas de exposición al sol no suelen durar más de un año.

Por ello es recomendable que antes de empezar con la época de lluvias sustituir todas, incluida la trasera, si la hubiera, que casi siempre se deja en el olvido.

En todo caso, recomendamos que la revisión siempre se haga en un centro especializado y competente, uno mismo puede hacer tareas de mantenimiento leves como la sustitución de lámparas fundidas (depende del vehículo), a revisar niveles y desperfectos.

Para todo lo demás, siempre hay que acudir a un servicio especializado y si es la marca del vehículo mejor.

Redacción de veoMotor.com