2020 será una edición muy particular de la Subida a Pikes Peak. Ya conocimos hace bastante tiempo la ausencia de las motos en la edición de este año como consecuencia directa del accidente mortal ocurrido en 2019 y ahora la organización ha decidido retrasar la celebración de su prueba de junio a finales de agosto debido a todos los inconvenientes causados por el coronavirus. Sigue así los pasos de tantas y tantas pruebas automovilísticas.

La prueba norteamericana se disputará así el 30 de agosto en lugar del 28 de junio, dos meses más tarde. Según explicó el máximo responsable de la prueba, Tom Osborne, «hay numerosos factores que influyen en la decisión de posponer, cancelar o recalendar grandes eventos deportivos. La integridad de nuestros participantes, aficionados, voluntarios y socios ha sido una gran preocupación a la hora de tomar esta decisión».

Aun así está por ver cómo se resentirá la participación, ya justa la temporada pasada, en un contexto internacional de restricciones al tránsito. Y una vez allí, hasta qué punto un tiempo más caluroso afectará a los registros que se marquen este año. Pero si se puede celebrar Pikes Peak será siempre una gran noticia.

Vía – diariomotor.com