Los jóvenes talentos están haciéndose poco a poco con el control de la Fórmula 1, y solo es cuestión de años que Max Verstappen, Charles Leclerc, Esteban Ocon o George Russell se encuentren peleando por victorias o incluso campeonatos. La vieja guardia, formada por pilotos de la talla de Lewis Hamilton, Sebastian Vettel o Valtteri Bottas cada vez se ve más apurada frente al talento y la juventud de Max y Charles, que son los únicos que actualmente disponen de un monoplaza ganador. El monegasco es sin duda el piloto del momento tras cosechar victorias en Bélgica e Italia, además de por ser el que más poles ha logrado en toda la temporada.

Leclerc está maravillando a todos en su primera temporada dentro de Ferrari, y la admiración parece que también ha llegado a tocar la sensibilidad de Hamilton. La cordialidad entre ambos pilotos es ejemplar en este momento, tanto que incluso llegamos a verles en las ruedas de prensa manteniendo una relación de cierta ‘cercanía’, dedicándose palabras de admiración y reconociendo el gran trabajo realizado por el otro. Hasta aquí todo perfecto, pero debemos recordar que esto es la Fórmula 1 y que cuando los intereses de dos pilotos coinciden las relaciones no suelen terminar de forma tan cordial.

Hamilton debutó en la categoría con McLaren en 2007 llegando como una joven promesa y demostrando que desde el comienzo ya era un piloto preparado para pelear por el campeonato, y es por esto que el británico puede sentirse identificado con el caso de Leclerc, porque el monegasco también ha asumido una gran responsabilidad al ser piloto de Ferrari en su segunda temporada dentro de la Fórmula 1. Si Lewis y Charles mantienen esta cordialidad actualmente es porque el piloto de Mercedes tiene casi asegurado el título mundial esta temporada, y en el caso de que estuviesen peleando por el campeonato de tú a tú, las circunstancias cambiarían mucho.

Ya les vimos teniendo roces en el Gran Premio de Italia, cuando las maniobras defensivas de Leclerc para mantener el triunfo en casa de Ferrari disgustaron en cierta medida a Hamilton. El británico no se mostró demasiado entusiasmado en la rueda de prensa, donde aseguró que “si ya fuese campeón del mundo habríamos chocado”, aunque tampoco quiso dedicar demasiadas explicaciones al asunto, sabedor de que en la próxima ocasión él también actuaría de la misma forma. Con el buen rendimiento de Ferrari en este momento es posible que ambos se vean las caras de nuevo en la pista antes de acabar la temporada, y solo es necesaria una chispa para provocar un incendio. 

En el caso de Max Verstappen, con un estilo de pilotaje más agresivo que el de Leclerc y con una actitud no tan políticamente correcta, ya hemos podido ver que las buenas actitudes y las cordialidades se tiran por la ventana después de haber tenido disputas en la pista. La relación entre Charles y Sebastian Vettel también está siendo muy buena hasta el momento en Ferrari, teniendo en cuenta que el monegasco lleva toda la temporada superando al alemán ante su mal estado anímico y deportivo. Los problemas surgen en casos como el del Gran Premio de Rusia, cuando Vettel se aprovecha de un pacto para mantener la primera posición desobedeciendo las órdenes de equipo. Una actitud que sin dudas Leclerc tendrá en cuenta en el futuro. No debemos olvidar que los pilotos son deportistas de élite dedicados a la competición; cuando se bajan las viseras no existe otro objetivo más que el de ganar a toda costa.