- Las siete generaciones del Porsche 911 (3ª parte)
El 27 de noviembre se celebrará en Los Ángeles la presentación mundial de la octava generación del Porsche 911, cincuenta y cinco años después de que debutara el modelo original. Este es un motivo suficiente para echar un vistazo a las siete generaciones previas:
La tercera generación de este deportivo, conocida internamente como serie 964, combinaba la tradicional silueta del modelo clásico con una tecnología vanguardista. También era una apuesta por el futuro de la compañía, que pasaba por momentos económicos desafiantes, una apuesta que terminó ganando esta tercera generación.
La primera variante del modelo mostró inmediatamente lo avanzado que era el nuevo 911: el sistema de tracción integral que Porsche había diseñado originalmente para el 959, un deportivo de muy altas prestaciones, se introdujo por primera vez en la gama en la versión Carrera 4. Con una distribución de potencia controlada electrónicamente y regulada de forma hidráulica, era un sistema bastante adelantado a su tiempo. La tracción integral utilizaba los sensores del sistema de frenos antibloqueo (ABS) que, igual que la dirección asistida, se montaba de serie en este coche, en lugar de ser una opción.
El 911 Carrera 2 con tracción trasera llegó a continuación, en 1989. Las versiones Cabriolet y Targa también se estrenaron al mismo tiempo que el Coupé. Además, bajo esa carrocería que resultaba ya familiar (en la práctica sólo se había modificado con la integración de los paragolpes), el 85% de las piezas del 964 estaban diseñadas de nuevo.
Con 3.6 litros, el motor bóxer de seis cilindros refrigerado por aire disponía de 250 caballos de potencia en los Carrera 2 y Carrera 4. Una de las innovaciones técnicas de esta mecánica era el encendido de doble bujía, que Porsche desarrolló en su día para conseguir una mayor fiabilidad en el funcionamiento de los motores de aviación. También se eliminó prácticamente por completo el efecto aerodinámico ascendente sobre el eje trasero, gracias a un spoiler posterior que ahora era retráctil. Y todavía encontramos otra característica nueva: la transmisión Tiptronic adaptativa, que permitía unos cambios de marcha suaves y sin interrupción de potencia.
La versión Aniversario del 911 fue una de las que ofreció más variaciones en la generación 964. Sólo se fabricaron 911 unidades de esta edición especial conmemorativa de los 30 años del 911, que llegó al mercado en 1993 y se vendió rápidamente. Con unas aletas más anchas delante y detrás, este modelo combinaba el sistema de propulsión del Carrera 4 con la carrocería del 911 Turbo, pero sin su alerón trasero. Porsche combinó el exclusivo color exterior Viola Metalizado con un interior tapizado completamente en cuero Gris Rubicon.
Para añadir exclusividad se lanzó el 911 Speedster, en 1993, con un parabrisas más corto, una estructura de techo modificada y la cubierta de doble cúpula por detrás de los asientos delanteros. Se construyeron 930 coches sobre la base del Carrera 2 Cabriolet, más otros 15 con la carrocería más ancha de aspecto Turbo.
Las versiones Turbo fueron las más evolucionadas de la gama 911 en esta serie 964. Inicialmente, el 911 Turbo incorporó el motor de su antecesor, de 3.3 litros, que lograba 320 caballos de potencia en la variante normal y llegaba a los 381 CV en el 911 Turbo S. El modelo cambió al nuevo motor de 3.6 litros y 360 caballos a principios de 1993. En octubre de ese mismo año, la siguiente generación llamaba a la puerta y daba paso a la siguiente etapa de este icónico deportivo. Porsche produjo un total de 63.762 unidades de la serie 964, entre 1988 y 1994.