Parece casi una coincidencia, pero para Ferrari el fin de semana de São Paulo está siguiendo muy de cerca el mismo guion visto hace unas semanas en Austin, otra vez en un evento con formato sprint, siempre capaz de alterar el orden habitual. Sensaciones idénticas tras los entrenamientos del viernes, idéntico resultado en la clasificación, al menos para el SF-25 en manos de Charles Leclerc.
También en Austin, de hecho, el monegasco había terminado la clasificación sprint con palabras poco alentadoras sobre las perspectivas para el resto del fin de semana, especialmente en cuanto al rendimiento, sin dejar espacio al optimismo. Y aun así, el sábado consiguió acabar tercero en la clasificación, un salto adelante que sorprendió al propio Leclerc y que sentó las bases del podio conquistado el domingo.
El mismo escenario se ha repetido en Brasil: después de un viernes poco prometedor en cuanto a prestaciones, Ferrari ha vuelto a situarse en la segunda fila, lo que permite mirar con más confianza al resto del fin de semana. Parte del mérito está en algunos cambios en el setup, fruto de la información recogida durante la sprint, centrados sobre todo en recuperar esa velocidad en recta que había faltado hasta entonces.
Analizando la situación en detalle, el panorama no cambió de forma radical: el viernes Leclerc había terminado a unas cuatro décimas y media de la pole de Lando Norris, aunque señaló que un pequeño problema con una marcha que no entró le había costado alrededor de una décima. Hoy, en cambio, la diferencia se redujo a algo menos de tres décimas.
Si se juntan todos esos factores, el margen respecto a la pole se redujo en poco más de una décima: una mejora mucho menor que la registrada en Austin, donde el salto adelante fue mucho más evidente. Sin embargo, con una parrilla tan apretada como la vista en Brasil —con los diez primeros en apenas medio segundo, también por tratarse de un circuito corto— cada centésima es determinante.
Para dar una referencia, con el mismo tiempo del viernes, Leclerc habría vuelto a encontrarse en la octava posición de la parrilla, una ubicación muy similar a la de la carrera sprint del sábado por la mañana. Pero cuando los márgenes son tan reducidos, cada detalle se vuelve decisivo, y también hace falta una buena dosis de talento en el pie derecho.
Un aspecto que el propio Leclerc quiso subrayar, destacando cómo unas pocas centésimas pueden cambiar por completo el fin de semana: «En la Q2 hice una gran vuelta, igual que en la Q3. Al final, estamos todos tan cerca que el fin de semana puede pasar de ser un desastre a ser bueno por cuestión de unas centésimas».
«Hicimos todo bien, seguí un poco mi intuición en algunas cosas, quitamos algo de carga aerodinámica y eso nos ayudó. No solucionó del todo los problemas en las rectas, pero hicimos un gran trabajo, como en Austin y México en cuanto a ejecución. Hoy la clasificación fue perfecta», añadió el monegasco.
Una reflexión con mucho de cierto, porque el tercer puesto obtenido hoy no solo coloca a Leclerc en la lucha por un buen resultado de cara a la carrera, sino que también supone un impulso moral importante para el equipo tras un viernes complicado, en el que el coche no rindió como esperaban y tanto los pilotos como el equipo reconocieron que esperaban algo más.
Como ya había adelantado tras la sprint, el monegasco decidió intervenir en la puesta a punto para intentar resolver los problemas detectados el día anterior. De usar un alerón bastante cargado, que no compensaba el tiempo perdido en las rectas con el rendimiento en el segundo sector, pasaron a una configuración más descargada con un perfil en «V», ya probado en la primera sesión libre.
Además, como suele ocurrir, también se modificaron las alturas. Dos factores que, combinados, permitieron ganar velocidad en las rectas, con un incremento de casi diez km/h respecto al viernes. Como se dijo, la mejora en términos de distancia respecto a la pole no fue revolucionaria, pero el coche rojo encontró esa décima extra que, en una parrilla tan ajustada, marcó toda la diferencia.
No es casualidad que la mejora más notable con respecto al viernes llegara precisamente en las rectas, donde recuperó más de lo que perdió en el segundo sector: «Nunca estoy satisfecho con un tercer puesto, pero en estas condiciones, ha sido un fin de semana difícil para nosotros. Así que acepto con gusto el tercero. Estoy muy contento con nuestro rendimiento y con cómo ejecutamos todo, porque sabíamos que iba a ser una clasificación difícil para nosotros. El tercer puesto en un fin de semana así es un gran resultado, porque no teníamos el ritmo».
«No hemos revolucionado el coche desde la clasificación sprint hasta la clasificación de hoy, pero hicimos pequeños cambios, trabajando en los detalles. Es cuestión de una décima, que puede llevarte de un desastre a una gran clasificación con las diferencias tan pequeñas que hay este fin de semana. Así que se trataba de poner todo junto, y estoy muy contento de que lo hayamos conseguido».
Vía – Motosport.com