De forma oficial, el proyecto de Audi en la Fórmula 1 todavía no está operativo, pero ya está en marcha con unos nombres muy importantes. Su director es Andreas Seidl, mientras que el presidente es Oliver Hoffmann, y tienen ante sí el reto de formar un equipo para entrar en la parrilla a partir de la temporada 2026 con un nuevo motor.
Uno de los primeros objetivos para los alemanes es asegurarse una dupla de pilotos con mucho valor, una base crucial sobre la que asentar los planes técnicos. El momento es el perfecto, ya que durante el transcurso de la campaña, el mercado estuvo y está en movimiento continuo, con protagonistas que saben lo que es ganar en el campeonato.

Con todo ello, el primer movimiento fue el fichaje de Nico Hulkenberg, una buena adquisición sin demasiadas complicaciones, puesto que el germano no tenía demasiadas alternativas y todo salió a la perfección. Es algo muy diferente en lo que respecta a Carlos Sainz, ya que se daba por hecho que el español firmaría por el fabricante de los cuatro aros después de que no lograra un hueco en Red Bull o Mercedes.
Se trata de algo clave para Audi, porque más allá del valor técnico que asegura un piloto como el español, aumenta la credibilidad. Hace semanas que está claro que el de Ferrari tiene sobre la mesa más opciones, como la de Williams, por lo que si decide marcharse a Grove, sería un buen golpe para la dupla formada por Andreas Seidl y Oliver Hoffmann.
Carlos Sainz es alguien prudente, y tanto él como su grupo están sopesando todos los aspectos antes de tomar una decisión. Si optan por el azul, muchos cuestionarían las razones por las que se marcha a esa escudería, y es muy probable que aflore la falta de confianza en el proyecto teutón. Un piloto llamado a evaluar un conjunto en perspectiva solo puede hacer una proyección a largo a plazo del presente, y hoy este ejercicio no conduce a un escenario alentador.
La carta de presentación actual es la última posición en la clasificación de constructores, además de que es el único con cero puntos, y eso tiene un peso considerable en las evaluaciones. Es cierto que hoy, Sauber, no tiene nada relacionado con Audi, pero teniendo en cuenta que el nuevo proyecto echará a andar a partir del 1 de enero con los trabajos para el monoplaza de 2026, pronto llegarán los refuerzos, aunque el calendario es un interrogante.

El director técnico, James Key, ya lleva un año en el conjunto, y la propia escudería hizo saber que está en marcha una campaña de contratación de unas 300 personas, algo que llevará tiempo, porque deben convencerlas para que se trasladen a Suiza, y mientras tanto, los signos de la nueva propiedad brillan por su ausencia.
Puede que sea una estrategia, ya que cuanto más bajas sean las expectativas, mejor podría irles, y la primera prueba real para Audi será si finalmente Carlos Sainz los elige. Si el madrileño apuesta por Williams, significará que no hay confianza en el plan alemán, y quedarán claros los límites de la planificación inicial para la dirección.
Son días clave para Andreas Seidl, que corre el riesgo de fracasar en su primera misión, pero una derrota para una escudería nueva es comprensible. Elegir un conjunto que solo venció en una carrera en los últimos veinte años, y que puede ofrecer menos de la mitad de salario, no es lo mismo, y en Hinwil esperan por todos los medios ganar, ya que acudir al consejo de administración para explicar las razones no sería fácil.
Vía – Motorsport.com