La Scuderia Ferrari esperaba dar un paso hacia delante esta temporada en comparación al pasado año, temporada en la que dieron un paso hacia delante notable que no pudieron mantener con el paso de las carreras y que hizo que el equipo se fuera desinflando durante la segunda mitad de año. Para 2023 iban a solventar esos problemas, sin embargo, la evolución de aquel monoplaza ha supuesto un paso hacia atrás en términos de rendimiento esta temporada.
Y es que el SF23 se ha visto como un coche realmente competitivo en clasificación, cuando tiene poca gasolina. Sin embargo, cuando el coche corre cargado de combustible el rendimiento cae en picado y sobre todo, muestra una inconsistencia en pista que ha frustrado enormemente a Carlos Sainz y Charles Leclerc en este comienzo de temporada.
“Vamos de un circuito a otro y nunca sabemos qué va a pasar en el nuevo circuito con los neumáticos. El viento también molesta a nuestro coche mucho más que a otros equipos. Hablé con Carlos al respecto, lo que nos falta es consistencia. El coche ni siquiera es predecible de curva a curva, en la misma curva puedo tener un gran sobreviraje y luego un gran subviraje en la siguiente vuelta. Nuestro coche se ve muy afectado por el viento. Siempre es una incógnita si el coche va a reaccionar bien, si los neumáticos van a estar en la ventana correcta. También es muy difícil como piloto ganar confianza y adaptar tu pilotaje porque pasamos de un tren a otro y el el coche está completamente en una ventana diferente”, comenta Charles Leclerc.
“Estamos luchando mucho más con eso que con los demás, así que hay mucho trabajo en marcha en eso. A veces sentimos que hemos dado un paso adelante y luego llegas a condiciones particulares y hace más calor o más frío que en otras carreras y estamos completamente fuera de las ventanas correctas. Tenemos que trabajar en eso. Constancia”, añade el monegasco.
Vía – thebestf1.es