Tenía que llegar, y lo hizo en un año en el que parece invencible. Alex Palou sumó este domingo su quinta victoria en seis carreras de la temporada 2025 de IndyCar, y lo hizo de la manera más especial, con su primer triunfo en óvalos y en una de las tres joyas de la corona del automovilismo, las 500 Millas de Indianápolis.

El catalán se convierte así en el primer piloto español en ganar la Indy 500, y lo hizo a la heroica, resistiendo ante rivales que por combustible parecían poder tener más ritmo, y ahorrando detrás de dos doblados a los que persiguió en la última parte de la prueba de 200 vueltas, con Ericsson detrás amenazando dejarle otra vez a las puertas de la gloria.

Al final ganó por seis décimas sobre Marcus Ericsson, 1.1 segundos ante David Malukas y por 2.1 segundos ante un Pato O’Ward que rozó el podio.

Alex Palou, Chip Ganassi Racing
Alex Palou, Chip Ganassi Racing

Foto de: Brandon Badraoui / Motorsport Images via Getty Images

Con la cantidad de vueltas lideradas y la victoria, Palou es mucho más líder de un campeonato de IndyCar al que todavía le quedan 11 carreras. Y como manda la tradición, recibió la corona de laureles… ¡y bebió la leche entera, que es la que había elegido previamente (recuerda la que había elegido el resto)! Y luego, también como parte del protocolo histórico, besó la franja de ladrillos.

La de esta ocasión, como todas las anteriores, fueron unas Indy 500 de sufrimiento, que de hecho empezaron con 45 minutos de retraso por la ligera lluvia que caía sobre la pista, y que ya antes de la bandera verde tuvo a su primer abandono, Scott McLaughlin, que perdió el coche y completó la semana negra de Penske después de que sus dos compañeros fueran descalificados en la clasificación.

Luego, Marco Andretti se convirtió en el segundo abandono, y más tarde Alexander Rossi, con aparentes problemas de motor, tuvo que se estacionar su coche en pits antes de que el monoplaza se incendiara en llamas y tuviera que saltar del cockpit mientras sus mecánicos lo apagaban.

Esa calle de boxes vivió otros momentos caóticos cuando el poleman Robert Shwartzman erró en su parada y se llevó por delante a sus mecánicos, maniobra en la que se dañó su monoplaza. Antes de eso, Rinus VeeKay también chocó en la calle de pits después de marcarse un trompo.

En su histórico doblete de hacer la Indy 500 y la Coca-Cola 600 de NASCAR, Kyle Larson vio cómo todo se iba al traste antes del ecuador de la prueba, cuando perdió el control de su coche en un despiste y provocó un efecto dominó con Kyffin Simpson y Sting Ray Robb.

En la segunda parte de la prueba se intensificó la lucha estratégica con las paradas, pero Alex Palou siempre estaba ahí en un grupo que a menudo lideraba Devlin DeFrancesco, antes de que Ryan Hunter-Reay se pusiera en cabeza de la carrera.

Palou paró a falta de 32 vueltas, como Santino Ferrucci y el mexicano Pato O’Ward, y la carrera tuvo un golpe de teatro cuando poco después, Hunter-Reay, sufrió un problema en pits y perdió todas sus opciones.

Marcus Ericsson se convirtió en el número líder, pero Alex Palou había iniciado su carga hacia la gloria, y una vez se puso en cabeza, se trató de resistir hasta la bandera a cuadros que le coloca en el olimpo de la IndyCar y del automovilismo.

Vía – Motorsport.com