Si es verdad que las 24 Horas de Le Mans eligen a su ganador, esta vez parece que el equipo derrotado puso de su parte. Y aunque la carrera del centenario iba camino de un final de infarto e histórico, la emoción pareció esfumarse a dos horas para la bandera a cuadros, cuando Ryo Hirakawa se salió de pista y estrelló el coche #8 de Toyota.

Vídeo: accidente del Toyota a dos horas del final de las 24 Horas de Le Mans

Brendon Hartley estaba maravillando con un stint muy rápido que le acercaba cada vez más al Ferrari #51 y que mantenía la batalla abierta, pero cuando nos acercábamos a la penúltima hora, el equipo le llamó a boxes y lo bajó para cumplir con su tradición de acabar la carrera con un piloto japonés.

Sin embargo, y como muchos temían, rápidamente el nipón perdió mucho tiempo con Antonio Giovinazzi, que se mantenía en el Ferrari, y por radio le pedían que mejorara su rendimiento para que la sangría no fuera mayor y las esperanzas desaparecieran. Lejos de motivarle, eso pareció meter más presión a Hirakawa, que perdió el control del coche en la curva Arnage, clavando frenos y acabó contra las protecciones.

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El #8 tardó en reanudar la marcha, pero finalmente pudo continuar hasta los boxes. Allí, sin necesidad de meterlo dentro del garaje, los mecánicos cambiaron la zaga y lo devolvieron a pista, ya sin opciones de triunfo pero al menos por delante del Cadillac Racing que amenazaba su segundo puesto.

Mientras en redes sociales surgía el debate sobre si los pilotos de hypercars están obligados a hacer seis horas mínimo (Hirakawa llevaba cinco y 54 minutos), en favor del piloto hay que decir que salió con neumáticos usados. En Le Mans los equipos suelen cambiar neumáticos a la vez que pilotos, para que el que sale en frío tenga un juegos de gomas en los que confiar. En este caso, Rio salió en el que era el segundo relevo de esos neumáticos tras haber hecho el primero Hartley.

Vía – motorsport.com