Cristina Gutiérrez sigue en carrera a pesar de terminar una etapa realmente complicada y larga para ella. La de Burgos tuvo que lidiar con la gran cantidad de polvo que había en la especial y que ha sido un quebradero de cabeza realmente grande para muchos. Dicho polvo le hizo caer por una zanja que partió el radiador de su coche, algo que le hizo perder más de 2 horas y media al tener que estar parada esperando a la asistencia.
Con muchas horas perdidas sobre el ganador de la quinta etapa, Sébastien Loeb, las opciones de la piloto española de conseguir terminar en el top-25 se han casi esfumado, aunque asegura que no se rendirán y seguirán luchando para intentar llegar al objetivo o, al menos, quedarse cerca de él. Una etapa para olvidar en la que han sufrido de todo, sin embargo, han tenido la suerte de que les haya pasado en la previa a la jornada de descanso.
“Ha sido una locura, íbamos a un ritmo muy bueno, sintiéndonos cómodos con el coche, y yendo detrás del polvo nos hemos encontrado con una pequeña zanja y el coche ha caído bastante mal. Al producirse el golpe, las aspas de los electroventiladores se han metido dentro del radiador delantero, se han partido y lo han roto. Hemos tenido que esperar a la asistencia a que nos trajera uno y cambiarlo, y entre una cosa y otra hemos perdido muchísimo tiempo. Al llegar a la neutralización, cuando nos pensábamos que nos quedaban todavía 200 kilómetros por delante, se me ha aparecido Dios en forma de comisario y nos ha dicho que la especial terminaba ahí. Hoy nos ha pasado todo lo que no nos había pasado días atrás. Por fortuna nos ha ocurrido en el mejor día, ya que durante la jornada de descanso los mecánicos tendrán tiempo para dejar el coche en perfecto estado y nosotros podremos descansar un poco. Lo que me da más rabia es que nos hemos quedado casi sin opciones de hacer Top 25, pero no vamos a dejar de luchar. Este Dakar es muy imprevisible y vamos a llevar el Eclipse Cross a lo más alto”, comenta Cristina Gutiérrez.
[Fuente: thebestf1.es]