La pasión por el motor volvió a ser protagonista en la IX Ruta GR de Kobe Motor, una edición muy especial en la que veinte vehículos Toyota, entre deportivos y clásicos, se unieron para disfrutar de una experiencia única por las carreteras de la Comunidad de Madrid.
Desde sus orígenes, Kobe Motor trabaja para crear comunidad alrededor de la marca, y esta ruta es una prueba más de que la afición por Toyota sigue creciendo.
Punto de salida: reunión de leyendas en Kobe MotorLa jornada comenzó en sus instalaciones, donde los participantes se dieron cita a primera hora de la mañana. En esta edición, se reunieron 22 vehículos clásicos y deportivos Toyota, todos estos modelos propiedad de clientes y amigos de Kobe Motor.
La variedad fue parte del atractivo: Toyota Corolla, varias unidades del mítico Toyota Celica, y modelos actuales como el GR Yaris, el GR86 y, cómo no, dos imponentes Toyota GR Supra que captaron todas las miradas. El ambiente en el concesionario fue una mezcla perfecta de emoción, admiración y pasión por el motorsport.
La tradicional foto de familia con los 50 participantes esta vez fue única ya que se hizo junto con el Toyota GR Yaris N4 , el Toyota GR86 de la GR Cup Spain y la exclusiva edición del GR Yaris Seb Ogier.
Tras un pequeño desayuno, un briefing y una bolsa de regalos para los asistentes, entre los que se encontraba el rutómetro (road book que debían seguir los asistentes para poder llegar a su destino), comenzó la ruta con dirección a Colmenarejo, un pequeño pueblo del norte de Madrid que deslumbra por su encanto.
Un desayuno con vistas a la sierra de Madrid en Colmenarejo
La primera parada llevó a los participantes hasta Colmenarejo, donde se preparó un desayuno para todos los asistentes. La ubicación, a las puertas de la sierra de Madrid, fue perfecta para retomar fuerzas antes de continuar el recorrido.
Durante el desayuno, los participantes aprovecharon para intercambiar impresiones sobre sus vehículos, comparar modelos, hacerse fotos y disfrutar del ambiente relajado que siempre reina en las Rutas GR organizadas por Kobe Motor.
Los vehículos, alineados junto a la plaza del pueblo, despertaron la curiosidad de vecinos y visitantes, convirtiéndose en un improvisado escaparate de la historia y el presente de Toyota.
Dirección Valdemaqueda: naturaleza en estado puroCon las pilas recargadas, el grupo volvió a ponerse en marcha hacia el segundo tramo del día. El trayecto hasta Valdemaqueda fue un regalo para los conductores. 111 kilómetros de curvas, desniveles y entorno natural acompañaron una conducción dinámica y entretenida, ideal tanto para los vehículos GR como para los modelos clásicos.
Como en cada edición, Kobe Motor cuidó que el ritmo se adaptase a todos los participantes. Nadie se quedó atrás y cada coche encontró su espacio para disfrutar del trayecto con tranquilidad.
La caravana de clásicos y deportivos Toyota avanzó en fila, formando durante muchos kilómetros, una imagen extraña pero inédita en la retina de todo aquel que anduviese por las inmediaciones.
Final del trayecto en ValdemaquedaAl llegar a Valdemaqueda, se organizó un almuerzo al aire libre, en mitad de un bosque donde la naturaleza fue el mejor escenario para seguir disfrutando del día. La zona, especialmente acondicionada para la ocasión, permitió a los asistentes relajarse, compartir mesa y seguir hablando de lo que más les gusta: los coches.
Los Toyota GR Supra fueron los más fotografiados de la jornada, pero cada vehículo tuvo su momento. Desde los más veteranos Corolla, Celica, MR2, Yaris T Sport hasta la actual gama GR, todos brillaron por igual.
El almuerzo fue también un momento para fortalecer vínculos entre los asistentes y disfrutar de un ambiente de confianza, respeto y pasión compartida.
Regalos para los asistentes: un recuerdo inolvidable
Como ya es tradición en nuestras Rutas GR, entregamos a todos los participantes un detalle de recuerdo, personalizado y pensado para agradecer su fidelidad. En Kobe Motor creemos que cada evento es una oportunidad para demostrar el valor de pertenecer a esta gran familia, y por eso cuidamos cada detalle con mimo.
Estos obsequios no fueron un simple gesto, sino un símbolo del vínculo que mantenemos con cada cliente que nos acompaña ruta tras ruta.