Salir de Madrid con un destino como Lisboa es siempre una apetecible aventura. Pero si lo haces al volante de un CUPRA Tavascan Endurance, la aventura se convierte en una experiencia de conducción que mezcla confort, eficiencia, tecnología y un sorprendente toque de deportividad silenciosa.

Desde el CUPRA City Garage en pleno centro de Madrid, arrancó esta ruta ibérica rumbo al CUPRA City Garage de Lisboa, un recorrido de hermanamiento entre ambas sedes de CUPRA que nos sirvió para volver a confirmar lo que ya sabíamos: el futuro eléctrico no solo es eficiente, también puede ser emocionante y divertido.

La salida por el centro de Madrid fue el primer test. Callejeo, semáforos, tráfico… Nada que no resolviera con soltura el sistema de regeneración de energía en tres niveles, que ayuda a recuperar autonomía cada vez que soltamos el acelerador y hace casi innecesario usar el pedal de freno. Cuando llegas a ese nivel de equilibrio es cuando estás haciendo una conducción totalmente eficiente en ciudad.

Ya en autopista, pusimos el control de velocidad a 120 km/h y nos dejamos llevar. El silencio a bordo es total y es tiempo de una buena conversación con nuestro copiloto y también de escuchar buena música, con uno de los mejores equipos de sonido que puedes encontrar en un coche, gracias al equipo de alta fidelidad firmado por Sennheiser con 12 altavoces. La sensación es la de conducir un coche… “gordo”, con mucho aplomo, bien asentado, muy estable, es una sensación realmente agradable. La culpa la tienen, entre otras cosas, su chasis bien afinado, el Control de Chasis Adaptativo (DCC Sport) y un diseño aerodinámico que lo hace deslizarse con eficiencia, casi como si del vuelo de un aeroplano se tratara. Esa es la sensación.

Almaraz, una parada inteligente

La primera parada fue en la localidad de Almaraz, donde ocho cargadores de alta potencia nos esperaban. Aquí, los puntos de Zunder con datáfono integrado resultaron clave para quienes no quisieron complicarse con apps. Mientras el Tavascan recargaba energía al 80% en 20 minutos, nosotros recargamos el estómago en una estación de servicio clásica, nada glamuroso, pero si funcional. Como debe ser. La siguiente etapa nos regaló uno de los momentos más especiales del recorrido; El Puerto de Miravete, lo recomiendo mucho. Una sinuosa carretera flanqueada por paisajes muy verdes tras semanas de mucha lluvia, fue un tramo de postal. La carretera, la antigua Nacional V, ofrecía buenas curvas, poco tráfico y un asfalto ideal para disfrutar del motor trasero de 286 CV (210 kW) del Tavascan Endurance, que entrega 545 Nm de par con una suavidad y contundencia sorprendente. Aquí lo llevamos en modo regeneración nivel 2, perfecto para gestionar bajadas sin abusar del freno aprovechando para recargar unos cuantos kilómetros. Hubo tiempo para parar, sacar fotos e incluso grabar vídeos. ¿Lo mejor? Esa sensación de estar aislado del mundo, lejos del bullicio, del estrés de la oficina, pero al mismo tiempo perfectamente conectado con el coche y por medio del coche con el resto del mundo…
Después de otros 200 km de auténtico placer de conducción, hicimos parada en cerca de Mérida para comer, que nos permitió recargar al 100% nuestros CUPRA Tavascan, para afrontar ya sin paradas, los últimos 300 kilómetros de viaje.

Setúbal y llegada a Lisboa

La etapa final nos llevó por una zona costera espectacular. Curvas suaves, buena visibilidad y el CUPRA Tavascan demostrando por qué es algo más que un SUV eléctrico. Con velocidades medias de 120 km/h, el confort fue total. El silencio a bordo, el sistema de audio premium y los asistentes a la conducción de última generación nos acompañaron hasta el CUPRA City Garage de Lisboa, un espacio vanguardista decorado con arte portugués y moda de diseño.

Más allá del viaje, el CUPRA Tavascan Endurance ha demostrado que la electrificación no tiene por qué ser aburrida (en realidad ya lo sabíamos, pero mejor insistir). Este SUV de 4,6 metros de largo y un maletero de 540 litros ofrece 569 km de autonomía WLTP gracias a su batería de iones de litio de 77 kWh, con posibilidad de carga rápida hasta 135 kW (del 10 al 80 % en 28 minutos). Todo con un diseño coupé musculoso que no pasa desapercibido. Y qué decir de las prestaciones… 0 a 100 km/h en 6,8 segundos. Aunque existe un Tavascan VZ con tracción total y 340 CV (250 kW), el Tavasacan Endurance, de propulsión trasera, es más que suficiente para mantener viva la esencia deportiva de CUPRA. En definitiva, es un coche que encaja perfectamente en el día a día —con solo una carga semanal si haces unos 60-80 km al día— y que también se convierte en compañero ideal para escapadas largas como esta entre Madrid y Lisboa. ¿Cuándo nos vamos a París?