Como pudimos conocer de primera mano en el paddock de Mónaco el pasado mes de mayo, el clan de la familia Verstappen tiene vetado el retorno de Carlos Sainz a Red Bull, evitando así que el español pueda batir al holandés como ya ocurrió durante su anterior etapa en Toro Rosso. El ‘niño mimado’ de la Fórmula 1 no deja de ser puro marketing, y a pesar de ser uno de los grandes de su generación, no es tan bueno ni tan rápido como el doctor Marko y Red Bull quieren hacernos pensar. De una extremada volatilidad, con un carácter inmaduro y excesivamente agresivo, el holandés se ha visto humillado en muchas carreras por Daniel Ricciardo esta temporada. El australiano, harto de las maniobras de Red Bull para favorecer a Verstappen -quien cobra más del triple que él en Milton Keynes- ha emigrado a Renault, dejando una vacante para Carlos Sainz, quien debe ser repescado por la escudería energética antes de finales de septiembre o será agente libre.

El problema para Carlos Sainz es ser demasiado rápido para los Verstappen, quienes tratan de sabotear por todos los medios la llegada del madrileño a Red Bull, donde no quieren que nadie haga sombra al holandés, como ya le sucedió con Ricciardo estos últimos meses. Las opciones para Sainz son limitadas fuera del entorno de Red Bull, donde lo más probable es que acabe siendo compañero de Fernando Alonso en McLaren o incluso jefe de filas de la escudería de Woking si se confirmara el año sabático de Fernando Alonso en Fórmula 1 para la próxima campaña, como indican nuestros contactos dentro del equipo inglés. Sabemos que Jos Verstappen prefiere a Pierre Gasly como compañero para su hijo en Red Bull, y no creemos que el maquiavélico Helmut Marko destine a Sainz a Toro Rosso una vez repescado pues no puede obligarle a ello.

Lo más sensato sería que Sainz compitiera en Red Bull el próximo año pero dado el sabotaje de los Verstappen a dicha operación, lo más probable es que el piloto español acabe recalando en McLaren, donde podría tener a su lado a Lando Norris (si Fernando Alonso decidiera concentrarse en el WEC e Indy para 2019), quien ya había sonado para Toro Rosso el año que viene a cambio de la pronta incorporación de James Key a la escuadra de Woking. Otro piloto afectado por el efecto dominó causado por Ricciardo es Esteban Ocon, quien ha pasado de tener una cesión firmada con los franceses por dos años, a estar en el alero de una escudería en liquidación (Force India).

 

[Fuente: formulaf1.es]